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Fútbol y letras
László Darvasi

La pregunta
¿Cuántas ciudades formaban la actual capital húngara Budapest antes de unificarse en 1873?
Dos: Buda y Pest.
Tres: Buda, Óbuda y Pest.
Siempre ha sido una única ciudad: la capital de Hungría.
Respuesta

La lectura del mes
Géza Csáth

Balassi Institute
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Un humanista en tiempos deshumanizados

Antal Szerb

1901–1945

La editorial greylock acaba de sacar a la luz Óliver VII de Antal Szerb (en la traducción de Fernando de Castro García), la tercera novela del autor húngaro publicada en español. Judit Xantus fue la traductora de El viajero bajo el resplandor de la luna y La leyenda de los Pendragon. Libros de trapisonda, por su parte, sacó Budapest, guía para marcianos, una magnífica obra de escasas páginas del flâneur Szerb, traducida por Mária Szijj y José Miguel González Trevejo. Para cualquier húngaro que haya tenido la oportunidad de estudiar al menos el bachillerato, el nombre de Antal Szerb se ha convertido en sinónimo de finura de espíritu, cultura y elegancia intelectual. Al mismo tiempo, su trágico destino condensa en sí lo más siniestro y atroz de la historia húngara.

Szerb nació en 1901, en el seno de una familia católica. No, no,perdón, la historia me obliga a rectificar la frase anterior. Szerb nació en 1901 en el seno de una familia judía. Bien cierto es que Szerb sostenía que la pertenencia a tal o cual pueblo no depende de la sangre, sino de la determinación de uno, sin embargo la historia no le dio la razón. Eran tiempos en que la identidad de uno la decidían otros. Más tarde el propio Szerb escribió: “He encontrado mi definición: soy un judío de lengua materna húngara”. Volviendo a sus orígenes, la familia de Antal Szerb era una familia de intelectuales judíos asimilados que proporcionó a su hijo una educación católica. Szerb se crió rodeado de libros y adquirió una vasta cultura admirada por sus compañeros e incluso por los intelectuales de las generaciones anteriores. Tras acabar sus estudios de bachillerato, de filología clásica en Graz y de filología húngara y alemana en Pest, Szerb comenzó a dedicarse a la literatura anglosajona y a la teoría de la novela. Durante sus años de estudiante aprendió asimismo inglés y francés. Se doctoró en .... Comenzó a dar clases en un instituto y a publicar sus primeros poemas en la revista literaria Nyugat un órgano de orientación europeísta, también publicó cuentos y ensayos sobre literatura mundial. Szerb era un hombre realmente polifacético y de un talento múltiple que brillaba al mismo tiempo como escritor prolífico, redactor esmerado, ensayista agudo, cuentista refinado, filólogo escrupuloso, profesor popular, excelente traductor literario y tertuliano perspicaz y lleno de humor. En los años 30 no había persona más culta, ingeniosa y simpática que Szerb, según rezaba la opinión general de la época. Sus novelas como El viajero bajo el resplandor de la luna–Los niños terribles de las letras húngaras-, La leyenda de los Pendragon, una mezcla de novela gótica, novela detectivesca y novela ensayísitica, u Óliver VII, siguen gozando hoy en día de enorme popularidad. El viajero bajo el resplandor de la luna de 1937, refleja mejor que nada la desesperación del humanista Szerb a la sombra del naciente fascismo. En sus ensayos reaparece el tema de la vanidad de la esperanza, que alberga la literatura burguesa de corte humanístico en un ambiente de creciente terror político. Este minucioso lector de literatura húngara y mundial escribió su hoy famosísima Historia de la literatura húngara, publicada en 1935. Szerb la presentó a una convocatoria con una propuesta innovadora: “En Literatura, tenemos que cambiar el orden del firmamento estrellado. Los viejos han contemplado el mundo de manera que Hungría era el centro del universo, y el resto de países servían tan solo de contraste para la otredad de Hungría. Según ellos, la cuestión principal era en qué se diferenciaba Hungría de Europa; nosotros en cambio, queremos mostrar en qué se parece a ella.” Paralelamente a La leyenda de los Pendragon publicó La historia de la literatura universal que gracias al elegante estilo y la admirable cultura de Szerb es una lectura realmente apasionante. “Lo que más me agrada es oír que mis conocidos, para su mayor sorpresa, leen mis libros de historia literaria como si fueran novelas.”

A partir de 1941, la atmósfera se enrarece en torno a Szerb: suspenden sus charlas radiofónicas, prohíben su magnífica Historia de la literatura húngara, la revista Nyugat cierra. Primero en 1943, luego en 1944 lo reclutan para el servicio de trabajo adjunto a las unidades militares. A Balf va acompañado de otros dos grandes de la literatura húngara: el ensayista Gábor Halász y György Sárközi, una de las principales figuras de la poesía religiosa católica. Los tres habían cometido el pecado de nacer judíos y ser unos intelectuales sin par. Cuenta el erudito en filología clásica János György Szilágyi, compañero de Szerb en el campamento que un durísimo día de trabajo físico, Szerb se dirigió a él y le dijo que ya era hora de escribir la historia completa de la Edad de Oro antigua. Szerb, murió a causa de los golpes de culata de uno de los esbirros de los cruces flechadas, un compatriota suyo. István Örkény plasma de forma grotesca la absurdidad y atrocidad de esta situación y rememora el destino de Szerb y de tantos otros grandes de la cultura húngara infamemente asesinados en uno de sus Cuentos de un minuto (Traducción de Judit Gerendás):

IN MEMORIAM DOCTOR K.H.G.

––Hölderlin ist Ihnen unbekannt? (*) –preguntó el doctor K.H.G., mientras cavaba la fosa para el caballo muerto.

––¿Quién era ése? –preguntó el guardia alemán.

––El que escribió Hiperión –explicó el doctor K.H.G. Le gustaba mucho explicar -. La figura más importante del romanticismo alemán. ¿Y Heine, por ejemplo?

––¿Quiénes son esos? –preguntó el guardia.

––Poetas –dijo el doctor K.H.G. -. ¿Tampoco conoce el nombre de Schiller?

––Sí, lo conozco –dijo el guardia alemán.

––¿Y el de Rilke?

––También –dijo el guardia alemán, y de un tiro mató al doctor K.H.G.

(*) ¿No conoce usted a Hölderlin?

Eszter Orbán


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