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¿Cuáles son las lenguas que se parecen al húngaro?
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Dóra Bakucz

Sobre la historia de la literatura húngara

I. Hasta el siglo XVI
Los comienzos: raíces paganas, tradición cristiana y un almendro en el Transdanubio

“El nacimiento de la cultura húngara coincide con la conversión al cristianismo” dice Antal Szerb, el escritor (autor de El viajero bajo el resplandor de la luna y de La leyenda de los Pendragón, ambos traducidos al castellano) y crítico del siglo XX que escribió su versión sobre la historia de la literatura húngara desde los comienzos hasta los años 20 del siglo pasado.

San Esteban, el primer rey y fundador del estado húngaro (principios del siglo X) es a quien se ha de agradecer el reconocimiento de que en el corazón de Europa, para poder seguir en pie, es condición sine qua non unirse a la cultura cristiana. El cristianismo no solamente sirve para ganar la simpatía de los grandes poderes europeos, sino también para que aparezca una nueva capa social que durante los próximos siglos será el responsable de fomentar la cultura y la educación.

Evidentemente existe una tradición oral, tanto épica como lírica, anterior a la conversión, la huella de la cual aparece en códices posteriores, pero los primeros testimonios escritos están vinculados a la cultura cristiana, la literatura húngara nace de las traducciones no literales de textos latinos. Los dos textos más importantes que se consideran como orígenes de la literatura húngara son los siguientes:

1. Discurso funerario y monición (~ 1200) : Es el primer texto escrito en húngaro que conocemos, la importancia de la parte del discurso reside en que se trata de una traducción libre, no sigue literalmente el texto latino, el traductor se deja llevar por las peculiaridades y necesidades, ritmo y construcción de la lengua húngara.

2. Llanto de la Virgen María (~ 1300): Es la libre traducción de un planctus latino, el llanto de la Virgen María sobre la muerte de su hijo en primera persona. Se considera el primer poema escrito en húngaro.

En los siglos XI-XIV la lengua de la mayoría de los textos escritos es el latín (y lo seguirá siendo hasta mediados del s. XVI), se escriben en latín las primeras crónicas y gestas sobre las hazañas del pueblo húngaro, sobre nuestro origen, la ocupación de la cuenca de los Cárpatos, los reyes de la primera dinastía (los Árpád) y los santos. El objetivo de estas crónicas y gestas es básicamente legitimar el nueva orden estatal pero es gracias a estos textos por los que conocemos muchas de las historias que cuentan sobre las aventuras, creencias, costumbres de nuestros antepasados paganos.

En los siglos XIII y XIV ya encontramos varios códices escritos en húngaro que contienen fragmentos de traducción de la Biblia, himnos, leyendas, ejemplos, reglas monacales, etc., pero el verdadero esplendor aparece en la segunda mitad del siglo XV, en tiempos del rey Matías, hijo de János Hunyadi, el famoso caballero cuya fama llegó hasta Joanot Martorell y que puede haber influido en la creación de su personaje, Tirant lo Blanc. El rey Matías casado con una princesa de Nápoles importó el espíritu humanista y el arte renacentista, invitó artistas y eruditos de Italia, fundó una de las más importantes bibliotecas europeas de la época (Biblioteca Corviniana), pero la intención de difundir la cultura renacentista no se cumplió hasta la segunda mitad del siglo XVI, pues durante el reinado de Matías se limita a la corte real.

El primer poeta húngaro de fama es hijo de la misma época, hasta el nombre con el que se hace famoso es en latín: Janus Pannonius. Pasa su juventud en Italia, y escribe sus poemas, elegías, epigramas a la Martialis en latín, sobre temas como la naturaleza, la cultura, la inmortalidad de la poesía, la paz, etc. En uno de sus poemas más conocidos da una clara metáfora de su destino: habla sobre un almendro que florece en el Transdanubio en pleno invierno, demasiado pronto para que las condiciones le permitan vivir o ser contemplado con admiración, que es lo que merecería por su valentía, belleza y novedad.

II. Siglos XVI–XVII

Las luchas políticas y religiosas: el pecado de los húngaros y el castigo de Dios

Mientras en España los siglos XVI y XVII son los siglos de oro, una época de esplendor en la cultura, en Hungría es una época llena de luchas en varios sentidos: hay dos hechos que determinan tanto la vida política como la cultura en esta época.

1. La situación histórica, la división del país en tres partes (la zona central queda bajo el dominio de los turcos, las provincias occidentales y septentrionales pertenecen al Imperio Habsburgo y en la parte oriental se forma el Principado de Transilvania, que es la única parte gobernada por húngaros y que por lo tanto se convierte en centro político y cultural)

2. Las luchas religiosas: la Reforma y la Contrarreforma

La Reforma llega a Hungría en los años 20 del s. XVI, pero la verdadera oleada alcanza el país en los años 40. Las luchas religiosas tienen una influencia muy positiva en cuanto a la cultura ya que uno de los objetivos de la Reforma es que todo el mundo tenga acceso a los textos bíblicos, que todos puedan leer y escribir. A mediados del siglo aparece la traducción del Nuevo Testamento traducido por János Sylvester quien durante el proceso de la traducción escribió como subproducto una descripción de la gramática húngara y un diccionario latino-húngaro y descubrió que el húngaro es perfectamente apto para la métrica clásica (métrica basada en determinada secuencia de sílabas largas y cortas) y no solamente para la tradicional (basada en la combinación de unidades tónicas formadas por un determinado número de sílabas). Más tarde se descubre que los dos sistemas métricos pueden funcionar al mismo tiempo, lo que es una peculiaridad de la poesía en húngaro que en ciertas épocas se consideran como reto especial.

Durante el siglo XVI el humanismo y el renacimiento sigue ganando terreno y llega a las cortes señoriales y centros clericales. Hasta finales del siglo la literatura se considera como instrumento de la religión, los géneros que dominan son los textos bíblicos, comentarios de la Biblia, predicaciones, salmos, catequesis, etc. El libro de mayor envergadura es la primera traducción de la Biblia completa, hecha por Gáspár Károlyi y editada en 1590. Esta es la obra que convierte la lengua húngara en medio perfectamente apto para la creación de obras literarias. Para el verdadero renacimiento hay que esperar hasta las últimas décadas del siglo, es cuando realmente nace una literatura profana de nivel en húngaro. El primer poeta conocido que escribe en húngaro y que se considera el fundador de la la lírica profana húngara es Bálint Balassi. En sus poemas de temática soldadesca da una imagen viva y heroica sobre la vida de los soldados que luchan contra el enemigo. La colección de sus poemas amorosos es conocida como el Canzionere húngaro por la influencia petrarquiana que muestra, mientras en su lírica religiosa establece una conversación íntima con Dios. También en la épica aparecen las primeras obras escritas en húngaro, el género más popular y más típico es el poema épico sobre las luchas contra los turcos, la heroicidad de los húngaros, interpretado por juglares y con acompañamiento musical.

Tanto la Reforma en el siglo XVI como la Contrarreforma en el siglo siguiente tiene un carácter peculiar en Hungría en el sentido de que los reformados utilizaban los hechos históricos en su argumentación teológica de manera que afirmaron que las derrotas sufridas, la invasión turca y la pérdida de la independencia, todo es consecuencia de haber abandonado la verdadera fe. Esta idea aparece también en la epopeya barroca titulada Obsidio Szigetiana o Szigeti Veszedelem (El sitio de Sziget) de Miklós Zrínyi, estratega, político y escritor que rindió homenaje a su bisabuelo que había luchado contra los turcos como el mismo Zrínyi. En una de las primeras escenas Dios les comunica a los húngaros su furor por como viven entre pecados y vicios y envía al arcángel Gabriel a la corte del sultán turco para que éste ataque contra los húngaros. Los húngaros no tienen probabilidades para ganar, el ejército turco es más numeroso y sus armas son mejores, además Zrínyi se entera de su destino y del de sus soldados cuando reza por los húngaros y ofrece su vida a Dios que acepta el sacrificio y promete el perdón de los pecados. Zrínyi lucha pues sabiendo que va a morir, por el honor de los suyos, por el futuro de la patria y por el perdón del Señor. Cuando se acaba la munición y quedan muy pocos húngaros, Zrínyi decide salir del castillo y enfrentarse a los turcos. En la batalla final mueren todos los húngaros, pero entonces baja el coro de los ángeles y lleva el alma de todos los soldados húngaros al cielo. Han perdido la batalla, pero han ganado la gloria, tienen la victoria moral y el perdón de Dios para toda la nación. El mensaje de la epopeya es que si todos los húngaros toman la actitud de los soldados de Sziget, el poder de los opresores no durará mucho.

Otra figura clave del siglo XVII, de la Contrarreforma y de la cultura de la época es Péter Pázmány, erudito, profesor, predicador y escritor de gran influencia, fundador de la primera universidad en Hungría en 1635. A pesar de tener ya una universidad propia y reconocida, las instituciones culturales no se desarrollan como en otros países de Europa, en las últimas décadas hay una lírica rica llamada poesía kuruc, que significa una poesía de autores anónimos que testimonian los avatares de la época de las luchas de independencia poco exitosas.

III. Siglos XVIII–XIX

Amor, libertad y la pérdida de las ilusiones: “¡Lucha y ten confianza!”

Después de la expulsión de los turcos del país, las primeras décadas del siglo XVIII es la época de las conspiraciones y sublevaciones que desembocan en la lucha por la independencia de Ferenc Rákóczi II. El género más característico de la época es la memoria autobiográfica; muchos aristócratas –entre ellos el mismo Rákóczi II- escriben sus memorias en las que se reflejan tanto las luchas personales como los conflictos políticos y religiosos. La lucha de independencia hq sido derrotada, pero aún así empieza un lento desarrollo cultural que tendrá sus primeros logros algunas décadas más tarde.

La Ilustración llega a Hungría en la segunda mitad del siglo XVIII, concretamente a partir del año 1772, fecha de publicación de la obra titulada La tragedia de Ágis de György Bessenyei que trata el tema del conflicto entre los poderosos y los súbditos. El autor pertenece al grupo de aquellos jóvenes que prestaban servicio en la guardia de corps de la corte vienesa de la reina María Teresa que fueron los primeros que conocieron las ideas de la ilustración francesa y alemana y que organizaron la primera asociación literaria. El objetivo sigue siendo crear las condiciones para que pueda existir una literatura tanto científica como de ficción en lengua vernácula. Por un lado siguen e imitan las tendencias occidentales como el rococó, el clasicismo o el sentimentalismo, y por otra parte pretenden mantener y respetar las tradiciones húngaras. Las dos grandes figuras de la literatura de la época son : Mihály Csokonai Vitéz y Dániel Berzsenyi.

La obra de Csokonai es una muestra ejemplar de la presencia de diferentes tendencias literarias, de los 32 años que vivió, en su poesía aparecieron elementos del rococó, del clasicismo, del sentimentalismo y al mismo tiempo todo lo convirtió en algo sumamente húngaro. Incluso en la métrica utilizó muchas veces la combinación de la métrica clásica y la tradicional húngara (métrica simultánea). Los temas de su poesía van desde el amor y el deseo desesperado, temas anacreónticos como el vino o la felicidad efímera hasta temas filosóficos y sociales como la injusticia, o los conflictos eternos de la sociedad. Su poema quizás más conocido que todos los alumnos de primaria tienen que saber de memoria es A la esperanza, poema en que personificando la esperanza y convirtiéndola en un ser poderoso pero muy vicioso le reprocha haberle engañado con falsas promesas mientras cuenta una historia personal de amor en un tono muy directo y al mismo tiempo muy íntimo, lleno de una mezcla de furor y dolor. El otro poeta de la época que hay que mencionar es Berzsenyi, llamado también “el Horacio húngaro” él es representante de la nobleza húngara, es un clasicista ejemplar, escribe sus poemas en estrofas clásicas y de temas filosóficos universales.

En el último tercio del siglo ocurren hechos importantes como la aparición de la primera revista de literatura y crítica en húngaro (Museum Húngaro, 1788), la fundación de la primera compañía de teatro que representa obras en húngaro (1790), el establecimiento del primer departamento universitario de Filología Húngara en la universidad fundada por Péter Pázmány que en 1784 trasladan a Pest. En el primer tercio del siguiente siglo surge un movimiento que tiene gran influencia en la lengua y por lo tanto en la literatura hasta nuestros días: la renovación del idioma. Ferenc Kazinczy, líder de la vida literaria de la época que mantiene correspondencia con todos los escritores de su tiempo considera que la lengua húngara no es capaz de expresar los fenómenos de la vida moderna, por lo tanto requiere una intervención artificial. El grupo de sus seguidores son los “neólogos”, partidarios de la fabricación de nuevas palabras y expresiones con distintos métodos: traducciones literales de expresiones alemanas, adaptación a la ortografía y pronunciación húngaras de palabras latinas, utilización de palabras dialectales, variaciones con la ayuda de los sufijos hasta el momento inexistentes y la creación de palabras compuestas. Evidentemente hay muchos que consideran esta intervención como una violación del idioma, pero quizás el hecho de que hasta hoy utilizamos muchas palabras creadas por ellos, justifica la labor del grupo de Kazinczy.

La ilustración húngara dura hasta la época siguiente (1825) llamada la época de las reformas y que coincide con el romanticismo en la literatura.

Durante toda la historia de Hungría la literatura está bastante vinculada a la política, pero lo está aún más en el siglo XIX, la era de las reformas desemboca en la guerra de independencia en 1848. Tanto el himno nacional (Himno, 1823) escrito por Ferenc Kölcsey como el otro poema nacional que los húngaros cantamos o recitamos al final de las celebraciones de fiestas nacionales (Szózat, 1837) de Mihály Vörösmarty, son frutos de esta época. La popular figura simbólica de la revolución también es un poeta, Sándor Petõfi, las luchas empiezan el 15 de marzo de 1848 con la recitación de su poema titulado Canción Nacional. En otro poema, Libertad, amor expresa claramente su actitud ante la vida, dice que es capaz de sacrificar su vida por el amor, y el amor por la libertad. Como consecuencia de la aspiración a la libertad y la búsqueda de lo húngaro en la poesía se manifiesta un especial interés por la vida en el campo, las costumbres, el lenguaje de la gente del campo. Este populismo poético caracteriza la poesía temprana de Sándor Petõfi y también la de János Arany, el gran renovador del género de la llamada balada, un género parecido al romance que surge originalmente en la literatura popular. Después de la guerra de independencia perdida un verdadero pesimismo y desesperación caracteriza la literatura, un buen ejemplo es La tragedia del hombre de Imre Madách, poema dramático o drama filosófico en el que Adán y Eva recorren la historia de la humanidad y cuando con la ayuda de un sueño llegan a ver el futuro se desilusionan definitivamente. La obra termina con las palabras del Señor cuando le dice a Adán: “Hombre, ya te lo he dicho: ¡Lucha y ten confianza!” (Traducción de Virgilio Piñera)

En la novelística de la época destacan Mór Jókai y Kálmán Mikszáth, ambos representantes de un romanticismo individual. El romanticismo sigue siendo la tendencia dominante en el comienzo del período de la Monarquía Austro-Húngara (1867), se publica una serie de obras históricas que evocan un pasado glorioso o que idealizan la vida en el campo aunque van apareciendo autores que ya son capaces de ironizar de las condiciones, actitud o ingenuidad de los húngaros. Aparecen novelas y cuentos realistas también, sobre todo al finalizar el siglo XIX y al empezar el XX.

IV. Siglo XX

Literatura contemporánea de un “país-ferry”

Las nuevas generaciones aparecen en torno de la revista Nyugat (Occidente) cuyo programa es la renovación cultural y nacional con la implantación de las nuevas corrientes artísticas de Europa, como el modernismo, el simbolismo y el impresionismo. Las vanguardias apenas nos visitan de paso, Lajos Kassák, el artista obrero lleva a Hungría las vanguardias de su viaje por toda Europa, pero tiene un éxito poco duradero. La revista Nyugat se funda en 1908, y desparece en 1941, es la única época en la historia de la literatura donde la crítica habla sobre generaciones (y en un sentido bastante diferente al de la crítica española): la de los años 10, la de los 20 y la de los 30.

Las mayores figuras de la primera generación como Mihály Babits, un verdadero “poeta doctus” que escribe una poesía culta, filosófica, inquietante, o Dezsõ Kosztolányi, que puede conocer el público español ante todo como novelista, se conocen en un seminario de la universidad: un taller de prácticas de estilo. Otro gran figura, Endre Ady, que crea una mitología personal en su poesía y que habla sobre las condiciones y la situación del país con la conocida metáfora del barbecho o sea, representa la realidad húngara como una tierra sin cultivo, pero fértil, donde la cuestión sería sembrar y trabajar. Otra metáfora que utiliza y que explica en un ensayo es la del “país-ferry”, un lugar entre el Oriente y el Occidente que tiene que encontrar su papel en esta situación especial. Zsigmond Móricz, otro nombre destacado escribe novelas y relatos realistas hasta con elementos naturalistas. La versión cinematográfica de su novela Rokonok (Parientes) dirigido por István Szabó recorrió los cines de Europa en el año 2006.

Los nombres más conocidos de la segunda generación son el del poeta Lõrinc Szabó y de Gyula Illyés que pueden conocer los lectores españoles por su sociografía literaria Gente de las pusztas y Sándor Márai, cuyo nombre se hizo famoso con el libro titulado El último encuentro varios años después de su muerte. A la tercera generación pertenecen entre otros los poetas Sándor Weöres y Miklós Radnóti, y el escritor István Örkény, famoso sobre todo por la creación de un género parecido al microcuento llamado “cuentos de un minuto”.

Después de la pérdida de las dos guerras mundiales y sometida Hungría una dictadura de tipo soviético, hasta prácticamente mediados de los años 60 la literatura está en la misma situación que en la dictadura de Franco. Existe una literatura oficial, de poca calidad, intentos de engañar la censura con diferentes trucos, los de menos éxito acaban en la cárcel o en el exilio. A mediados de los 60 poco a poco aparecen nuevas revistas literarias, la situación va consolidándose y con el cambio del sistema político en 1989 comienza una nueva época.

En los años 90, en tiempos de la democracia surge una vida literaria muy rica, en el año 1999 Hungría es el país invitado a la feria del libro de Frankfurt y en el 2002 Imre Kertész recibe el premio Nobel de literatura básicamente por su novela Sin destino, hechos que hacen conocer internacionalmente algunos nombres de los clásicos modernos y otros contemporáneos de nuestras letras. En cuanto a las últimas dos décadas de nuestra literatura sería difícil hablar en términos de tendencias o corrientes, pero hay algunos fenómenos que podemos observar, aunque esta caracterización supera poco la categoría de lugar común: el tema de la memoria de la época comunista, las historias familiares, la desintegración del yo, la ruptura de la linearidad en la narrativa, y el llamado “lenguaje suficiente” o “lengua carne”, un lenguaje que no respeta las reglas de la gramática, la creación de nuevas expresiones y dichos o sea, la utilización de elementos de la lengua de una manera arbitraria. Hoy día existen numerosas revistas y asociaciones literarias, tenemos una literatura muy variada y rica y gracias a la labor de los traductores, los autores clásicos y hasta los más jóvenes escritores húngaros llegan a conocerse cada vez más en los países de Europa.


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