Literatura húngara online
Literatura húngara online
Inicio Noticias Agenda Libros Crónicas húngaras Castellano Catalán
Literatura húngara online
Literatura húngara online
Literatura húngara online
Fútbol y letras
László Darvasi

La pregunta
Pécs es famosa de
su cine.
los monumentos turcos.
las carreras de caballo.
Respuesta

La lectura del mes
Géza Csáth

Balassi Institute
Literatura húngara online
La lectura del mes
Opinión del lector Recomienda este artículo a tus amigos Versión para imprimir


La lona que llora

Traducción de Yvonne Mester -Enrique Alda

Título original: Síró ponyva
Magvetõ • Budapest, 2004

Pasaje que se debilita [Halkuló futam]

Nunca he visto tus objetos personales.

Tu camisa por la mañana en la silla.

Nunca he visto el contorno

de tus muebles en la oscuridad.

Ni acercarme ni apoyarme en ti,

barandilla sin escalera.

Archivadores [Dosszié]

¿Te ha dolido? ¿Me oyes?

No le escuchaba. Tumbada en el sofá miraba

una luz que atravesaba anillos de colores:

como las vidrieras de una iglesia,

azules, amarillos y rojos: algo que nunca había visto en un apartamento.

Teníamos que darnos prisa, a las cinco volvía su madre.

Me siguió dando saltitos con los calzoncillos en los tobillos,

me puse en cuclillas en la bañera, él se apoyó en el lavabo.

Qué chulss, ¿verdad? Por la mañana aún son más bonitas.

Yo tenía dieciséis años, han pasado dieciséis más,

un día estaba a mi lado en el autobús rojo número siete:

…las vidrieras de colores, ¿te acuerdas?, entre

el comedor y el salón, las habréis dejado ¿no?…

¡Qué va! Aquello lo hizo mi padre,

eran archivadores de colores entre los cristales

las trajo de la empresa…

…bajo aquí, tengo que coger el metro.

¿Por qué se desvelan siempre los milagros?

Papá Noel, la cigüeña, y ahora esto.

Medianoche [Éjfél]

Uno está de rodillas

tapándose los oídos

el otro tañe las campanas

de las noches lunáticas del cuerpo.

Nochevieja [Szilveszter]

En fin, otro año que me he quitado de encima,

está a punto de irse con su disfraz de nieve.

Sé que estás, aunque no aquí, no conmigo,

y aún así, todo está bien: luego existes.

En la frontera de parajes imaginados

y manoseables hay otra noche

en la que al mirarte en mis pensamientos

sólo veo extraños.

Aunque, si vaciara mi bolso,

sólo aparecerían cosas extrañas.

Pañuelos, llaves, un carné mojado,

¿me reconocerías en ellas?

¿Podrías decir sin más si es mío

sólo con ver un zapato? ¿O reconocerme

—yo podría— ante un abrigo colgado,

incluso antes, antes de que entrara?

Así que contemplo la habitación como en un espejo:

tan espaciosa y familiar en su extrañeza,

mi otra existencia inexistente, debería

pasar esta noche durmiendo,

debería dormir durante años pesados.

Sumérgete, sumérgete, no vengas a mi mente:

si me preguntan cómo me llamo,

no quiero pensar en tu nombre.


Buscar
¿Sabías que?

ayuda | redacción y contacto | nota legal
Edita la Fundación Húngara del Libro Copyright © LHO, 2007