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Del lenguaje de señas al teatro complejo
Pál Frenák
1957
Pál Frenák y su teatro de danza contemporánea
Pál Frenák nació en 1957, como hijo de padres sordomudos. Por lo tanto, la comunicación en su infancia se realizó por medio del lenguaje de señales, y así tuvo la oportunidad de desarrollar unos gestos y una mímica insólitamente refinados y matizados. Tras la muerte de su padre fue ingresado en un asilo de menores, lo que significó para él un cambio radical, comparado con el mundo silencioso y cerrado en el que anteriormente había vivido. Sin embargo, incluso en ese asilo trabajaba, organizando espectáculos en los que actuaban sus compañeros.
No obstante, lo que en esa época determinó su vida fue la falta de comunicación verbal, mejor dicho, un papel menor de este tipo de comunicación, y eso le condujo lógicamente a la danza, en sus más diversas variedades: al balet clásico, al baile folclórico, y las técnicas modernas. Abandonó su Hungría natal a medidados de los 1980, y siguió su formación de bailarín en el extranjero, en primer lugar en París. Fue en esta ciudad en la que creó en 1989 su propia compañía, la Compagnie Pal Frenak. A partir de 1990 retomó sus relaciones con Hungría, y desde entonces viene manteniendo estrechos contactos con el mundo magiar de la danza. Su compañía internacional tiene cada vez más miembros húngaros, pero los bailarines cambian con frecuencia. Participan en los más diversos festivales del mundo, y han recibido distintos premios. En 2005 fueron invitado s Bilbao, y en 2006 participaron en el Festival Internat de Madrid.
Pese a la diversidad de los espectáculos de Frenák, encontramos mucha características comunes, entre ellas la complejidad de las coreografías, la integración de otros géneros como la música contemporánea, las bellas artes, el circo y el desfile de modas. No es raro que en sus espectáculos invite al público a participar en la propia obra, que, de esta forma, termina siendo una producción interactiva. En uno de sus espectáculos, en CaOs, los bailarines bailan en un cuadrilátero, rodeado de mesas de café, en las que está sentada parte del público, que sigue la función tomando vino o fumando, convirtiéndose al mismo tiempo en parte integrante del espectáculo. En los espectáculos de Frenák y su compañía es difícil permanecer en incógnita, pues el espectador en cualquier momento puede encontrarse en medio del escenario.
Frenák no sólo juega con los espectadores, sino también con sus danzantes, colocándolos en situaciones muchas veces tensas, y obligándolos a encarar problemas de todo tipo. Le gustan las situaciones de peligro, en las que no es posible esconder, sino que hay que abrirse y revelar el propio ser. La esquizofrenia es uno de sus temas predilectos, que se relaciona con la representación del hombre como un ser dominado por sus instintos, en muchas ocasiones de los más oscuros. Otro tema recurrente de sus espectáculos es la homosexualidad, que Frenák trata de una manera insólitamente abierta, saltándose cualquier tabú al respecto. Estas inquisiciones suyas se conectan en parte con su actividad docente. En el hospital de la Universidad de Amien se dedica a hacer terapia de rehabilitación para niños discapacitados.
Katalin Vinczellér
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