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Bánffy en caza
Bánffy en caza

Un aristócrata transilvano. Biografía del conde Miklós Bánffy

Miklós Bánffy

1873–1950

“No somos nosotros los que han inventado “el cuño transilvano”. Que yo sepa nunca nadie lo ha citado a favor de su propósito. Somos transilvanos de modo inconsciente y natural. Pero aquel transilvanismo, que tú dices, no reduce sino abre los límites del espíritu…” Carta de Miklós Bánffy a Mihály Babits, 1935

¿Quién fue Miklós Bánffy? ¿Un noble omnipotente de Transilvania, diplomático reconocido, político independiente o traidor de la patria? ¿Músico provocador, director de ópera, caricaturista exitosa o compositor de vals? ¿Escritor famoso, dramaturgo novedoso, fundador de editoriales y un círculo de lectores? ¿Agricultor moderno y experto en cría de caballos? La familia Bánffy ha sido una de las dinastías aristócratas más importantes de Transilvania desde el siglo XIII. De hecho, cuando Miklós Bánffy unos años antes de su muerte, en 1947, se ve obligado a dejar Transilvania que entonces ya pertenece a Rumanía, su antiguo secretario se despide de él con la siguiente frase: “Me despido de usted, señor conde, con la ocasión de que después de quinientos años los Bánffy abandonan las tierras transilvanas”. Sus antepasados sin excepción eran gobernadores, gente de la corte con títulos distinguidos, y el pequeño Bánffy nace en 1873 predestinado a recorrer una carrera política importante.

En sus memorias Recuerdos de infancia, describe Bonchida, el castillo y el enorme parque con bosques y arroyos donde se crió y que más tarde se convertiría en casa del protagonista de su famosa trilogía. En la novela, Dénestornya –“la torre de Dénes”– recibe el nombre de su antepasado más distinguido, el gobernador Dénes Bánffy. No es la única coincidencia autobiográfica: el modelo de Péter Abády ha sido, sin duda, el abuelo Bánffy que dejó toda su fortuna a su hijo cuando éste se casó, y se dedicó a cuidar de sus rosas, se construyó un refugio y vivió en medio del bosque como un ermitaño. La enorme atracción de Bánffy por la naturaleza nace también en Bonchida. De niño estudia lengua, literatura e historia en las mejores escuelas de la época, en casa aprende mucho de agricultura, sobre el cuidado de la célebre yeguada de los Bánffy y sobre el cultivo de los frutales. Pero se interesa más que nada por el dibujo y el arte, y toma clases del pintor más influyente de la época, Bertalan Székely. El adolescente quiere elegir la carrera de arte, pero cumple el deseo de su padre y se matricula en la Facultad de Derecho de la Universidad de Kolozsvár y más tarde continua sus estudios en la de Budapest. Según las memorias del secretario de la familia durante un año el joven Bánffy está bajo tutela debido a un asunto sucio de letras de cambio y de vida desenfrenada. Con su primo Mihály Károlyi que será el político húngaro más importante de las primeras décadas del siglo XX, leen juntos el Capital de Marx, aprenden las novedosas enseñanzas del socialismo y cooperativismo. Empieza a trabajar en las oficinas de la Autoridad Marítima de Fiume en 1899, y publica en 1902 su primer libro, un manual sobre las posibilidades de la política exterior. En 1900 es reportero económico en Berlín, y desde 1901 es diputado en el Parlamento con programa liberal. Entre 1906 y 1909 es gobernador del condado de Kolozs y de la ciudad Kolozsvár. Su carrera literaria comienza con la publicación de su primer drama Leyenda del Sol que despierta el interés de los críticos más prestigiosos de la época. Escribe bajo el pseudónimo Miklós Kisbán, que refleja su actitud de aristócrata humilde. (El apellido Bánffy, por su terminación en y es claramente noble, y significa “hijo de Bán”. El pseudónimo Kisbán suena de clase media y significa “el pequeño Bán”). Al estrenar el segundo drama –Gran Señor, Attila–, en el mundillo literario se descubre su identidad, cesan los elogios, y muchos lo acusan de ser un diletante. Un noble de los muchos que se dedican a la escritura para pasar el rato. Sin embargo, algunos de los autores emblemáticos de la época reconocen su talento, la fuerza vital y la nueva moralidad de sus obras.

En 1910 se presenta en las elecciones con un programa independiente, más tarde es diputado del partido de István Tisza (igual que su protagonista Bálint Abády), y desde 1909 hasta 1918 es intendente general de los teatros estatales entre ellos la Ópera Nacional. En el Museo de Bellas Artes expone acuarelas, estrena sus dramas absurdas en el Teatro Nacional, diseña un pedestal para la estatua de Sissy, consigue el estreno y dibuja decoración para la famosa ópera de Béla Bartók El castillo de Barba Azul, es miembro del prestigioso círculo de autores la Compañía Kisfaludy, sigue con sus clases de arte, además escribe un cuaderno sobre el cooperativismo en Transilvania. En 1917 es el encargado de dirigir la coronación del príncipe Carlos IV (IV. Károly), el acto casi termina con escándalo, porque Bánffy introduce en la ceremonia lujosa las miserias del frente: una marcha de inválidos de la guerra; cojos, tuertos, mancos, figuras contrahechas irrumpen en el escenario para saludar al nuevo rey. Colabora estrechamente con Mihály Károlyi, el político líder de la Revolución de 1918. Desde este momento Bánffy se dedica a la política exterior donde ejerce su talento impar de negociar en asuntos incómodos, difíciles. Al acabar la I Guerra Mundial, unos meses se ve atrapado en Holanda, y como no tiene otro ingreso, vive de su arte, pinta retratos. Desde 1921, es ministro de asuntos exteriores, pero nunca deja de ser un gran aristócrata. Celebra grandes cenas en el extranjero por cuenta de su padre, en las que si se le antoja hace dibujos y caricaturas de los demás ministros y personajes famosos, entre ellos de Puccini. Bánffy nunca abandona sus caprichos, aunque toma en serio la política.

En 1922 debido al Pacto de Trianon que termina la I Guerra Mundial, Transilvania deja de formar parte de Hungría y pasa a ser Rumania. En este momento Bánffy está en Hungría, por lo cual sigue teniendo la ciudadanía húngara. En 1925, decide volver a Bonchida, tal vez para conseguir que le devuelvan parte de sus tierras expropiadas en su ausencia, tal vez espera tener un papel importante en la vida política transilvana. En 1926, le conceden el derecho de repatriación con la condición de que no asuma cargo político alguno durante diez años, lo cual demuestra claramente los miedos de las autoridades rumanas. En esta década Bánffy se dedica a la literatura y a sus tierras. Es uno de los fundadores de la editorial transilvana más prestigiosa Erdélyi Szépmíves Céh, que más tarde publicará sus obras, y es miembro activo del círculo de autores Erdélyi Helikon. Marca las pautas, pero no ejerce mecenazgo, aunque con un criterio excelente intercede por varios talentos jóvenes. Gracias a su trabajo los autores transilvanos que hasta este momento llevan el estigma de ser unos aficionados, logran el reconocimiento del mundo literario de Budapest. Bánffy descubre que la única manera de sobrevivir el trauma de Trianon es fomentar la presencia de la cultura, tradición y ciencias húngaras en Transilvania, crear instituciones culturales, centros de arte. En 1938, funda la Comunidad Popular Húngara, la única representación de los intereses económicos, sociales y culturales de Transilvania. Por su actuación política, sufre muchos ataques por parte de las autoridades húngaras y rumanas que le tienen miedo debido su pasado político. En 1927, publica la primera novela Desde la mañana hasta la noche sobre la historia de dos hermanas. En los años 1930, escribe la trilogía Historia transilvana, que será muy bien acogida por la crítica húngara y transilvana. Después de la reanexión de Transilvania a Hungría, durante la II Guerra Mundial, es diputado de Transilvania en la Cámara Alta del Parlamento húngaro. En 1943, cumple una misión secreta en Bucarest y negocia con las fuerzas antihitlerianas. Cuando estalla la guerra, antes de viajar a Budapest Bánffy sube al monte Feleki y se despide de Bonchida (igual que su protagonista Abády). Vuelve en 1946 para visitar las ruinas negras de su casa, y se retira en una habitación de servicio en su antiguo palacio de Kolozsvár: el único lugar que le concede el nuevo régimen democrático de Rumania. Malvive vendiendo algunos objetos personales que ha podido rescatar, pero en 1947 no puede más y solicita el permiso de traslado a Hungría, donde piensa vivir de la pensión de su mujer Aranka Várady que ha sido actriz del Teatro Nacional. Bánffy sabe que no podrá volver nunca más a Transilvania. Desesperado escribe una novelas sobre la lucha de los partisanos yugoslavos durante la II Guerra Mundial, pero muere abandonado y olvidado en 1950.

Historia transilvana describe la decadencia de la aristocracia transilvana y húngara, los errores de la clase política que conducen directamente al Pacto de Trianon y la pérdida de Transilvania. Aunque la novela abarca la década entre 1904-1914 el mismo ambiente reinaba en los años 1934-1940 cuando se publican los cinco tomos del a trilogía. Hasta los años 1970, Miklós Bánffy fue totalmente olvidado, y los primeros acercamientos a su obra sólo encontraron la falta de la “lucha de clases” o elogiaron su “actitud crítica frente a la clase aristócrata dominante”. En 1976, al principio del “comunismo gulas”, se cumplió su testamento y sus cenizas fueron trasladados al cementerio de Házsongrád en tierras de Bonchida. La primera reedición de sus obras tardó más. En 1982 fueron editadas en Transilvania, y en 2006 en Hungría. Miklós Bánffy no es un autor conocido en Hungría. Las partes históricas de la trilogía tratan una época desconocida por los húngaros, y son de difícil lectura. Su resurrección en parte se debe a una nostalgia por la “Gran Hungría”, por Transilvania y por todo lo que los húngaros perdieron, y por un nuevo nacionalismo emergente y muchas veces mal interpretado desde el cambio del régimen. La obra y la vida de Miklós Bánffy simboliza el drama de la historia húngara de la primera parte del siglo XX, cuyo último acto podría ser el destino del sexto tomo. Según las memorias de la última criada de Bánffy, existe el manuscrito del sexto tomo –la cuarta parte– de la novela, que ella misma vio en 1941, y que según el párroco de Bonchida había sido escondido durante la guerra. Si existió probablemente terminó como toda la biblioteca de Bánffy, en las hogueras a cuyas llamas se calentaba el ejército ruso.


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