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La línea Viena-Budapest. La ruta del psicoanálisis de Freud a Ferenczi
Katalin Vinczellér
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El llamado “Comité”, un círculo interno de la Sociedad Psicoanalítica de Viena. A la izquierda: Ferenczi (arriba) y Freud (abajo). |
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Vamos a ver 1908. Un año simbólico que en muchos aspectos fue crucial para la historia moderna de Hungría. Naturalmente la elección es un tanto arbitraria, aunque ese año hubo dos acontecimientos, relacionados entre sí, que tendrían una gran repercusión en el período siguiente. |
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El primer número de Nyugat (Occidente), la revista literaria húngara más importante de todos los tiempos, se publicó el 1 de enero de 1908 –el año pasado se celebró el centenario de su fundación–; ese mismo año pronunció en Budapest su primera conferencia sobre teoría psicoanalítica freudiana Sándor Ferenczi, que más tarde publicaría varios estudios acerca de ese tema científico en la famosa revista literaria. Por una parte podemos afirmar que la teoría freudiana tuvo un efecto inmediato y directo sobre la literatura húngara moderna. A principios de la primera década del siglo XX ya aparece en los cuentos de Géza Csáth, en la novelas de Margit Kaffka, y en la poesía de Dezsõ Kosztolányi; y en el período de entreguerras llega a convertirse en un movimiento literario. Sin duda, se podría plantear la cuestión de si la literatura no es por sí misma psicoanalítica, puesto que se dedica a las profundidades del alma y del espíritu humanos.
Freud se identificaba con los conquistadores, pero tal vez es más interesante la autodefinición de su discípulo más importante y famoso, Sándor Ferenczi, que se hacía llamar enfant terrible, niño travieso. No se trata simplemente de una relación entre maestro y discípulo, sino de las diferencias que tenían más allá de las concordancias, puesto que Ferenczi ponía un énfasis extraordinario en el análisis de la infancia, y en la hipótesis de que el ser humano no se entiende a sí mismo de adulto porque ha perdido la sabiduría infantil y por eso cae en crisis psíquicas que provocan síntomas patológicos. Por tal razón, para Ferenczi fue muy importante la relación íntima e incondicional (simulación del vínculo paterno-filial). Precisamente esa diferencia sería la base de la ruptura con Freud, aunque ese conflicto parece tener poca importancia en cuanto al valor científico y literario de su correspondencia y colaboración.
El trabajo de Ferenczi y Freud tuvo una influencia fundamental en la literatura húngara de principios del siglo XX, y determinó sobre todo el pensamiento y las obras de los escritores llamados “del Occidente”, que publicaban básicamente en la revista Nyugat. Los elementos de la teoría psicoanalítica aparecen primero en los cuentos de Géza Csáth, que era primo de Dezsõ Kosztolányi y ejerció como médico sobre todo en balnearios. Publicó varios estudios sobre casos de enfermedades mentales, y fue el primero en describir y analizar los diarios de una mujer que padecía paranoia. Sus diarios son lecturas muy populares que fueron prohibidas durante el comunismo porque en ellos describía su vida sexual y su lucha contra el morfinismo que indirectamente le causó la muerte a los treinta y dos años. Se suicidó después de matar a su mujer. (Tanto su diario como su análisis pionero del caso de paranoia son publicados por la Editorial Nadir de Valencia).
Sus cuentos (La muerte del mago, Eszter Vörös, Matricidio, Sueño vespertino, José el Egipcio, La pequeña Emma) se construyen según el código psicoanalista. Los cuentos –vinculados en un principio a la infancia– esconden, más allá de la primera lectura, un significado más complejo y abstracto. Para descifrarlos es necesario conocer el detallado sistema de símbolos del psicoanálisis del libro Oniromancia de Freud.
El primo de Csáth, Dezsõ Kosztolányi, tuvo una vida menos tormentosa, pero su actitud analítica no fue menos intensa. En sus cuentos el único valor real es el de la visión y la sabiduría infantil, incomprensible para los adultos.
Sus novelas publicadas en los años veinte (Alondra, La cometa dorada, Anna la dulce) están marcadas por el descubrimiento del funcionamiento del inconsciente y la búsqueda de los límites de la consciencia controlable.
La literatura y la psicología son a menudo ciencias limítrofes porque el sujeto humano sigue creando narraciones de sí mismo. Las obras de Csáth, Kosztolányi, Kaffka y las de otros escritores “del Occidente” reflejan una gran preocupación por la responsabilidad de la literatura en la exploración del inconsciente humano.
Obras psicoanalíticas literarias:
CSÁTH, Géza. Diarios. Nadir, 2009.
CSÁTH, Géza. Cuentos que acaban mal. Nadir, 2007.
KOSZTOLÁNYI, Dezsõ. Alondra. Ediciones B, 2002.
KOSZTOLÁNYI, Dezsõ. Anna Édes. Proa Grup 62, 2006 (Cat).
KOSZTOLÁNYI, Dezsõ. Anna la dulce. Ediciones B, 2003.
KOSZTOLÁNYI, Dezsõ. Cuentos psicoanalíticos. Lunar, 2006.
KOSZTOLÁNYI, Dezsõ. El petó i altres narracions. Magrana, 1990 (Cat).
KOSZTOLÁNYI, Dezsõ. Kornél Esti. Ediciones B, 2007.
KOSZTOLÁNYI, Dezsõ. La cometa dorada. Ediciones B, 2005.
Sobre Sándor Ferenczi:
BARABANT, Eva. Correspondencia completa de Sigmund Freud y Sándor Ferenczi. Síntesis, 2001.
FERENCZI, Sándor y GRODDECK Georg. Correspondencia (1921-1933). Lunar, 2003.
FERENCZI, Sándor. Obras completas I-II. RBA, 2006.
JIMÉNEZ AVELLÓ, José. La isla de sueños de Sándor Ferenczi: nada más que pulsión de vida. Biblioteca Nueva, 2006.
JIMÉNEZ AVELLÓ, José. Para leer a Ferenczi. Biblioteca Nueva, 1998.
NASIO, Juan David (compilador). Grandes psicoanalistas Vol. I. Introducción a las obras de Freud, Ferenczi, Groddeck, Klein. Gedisa, 1996.
SÁNCHEZ-BARRANCO RUIZ, Antonio. Aportaciones de Sándor Ferenczi al psicoanálisis. Repiso Libros, 1996.
TALARN, Antoni. Sándor Ferenczi: el mejor discípulo de Freud. Biblioteca Nueva, 2003.
VILLAMARZO, Pedro. Sándor Ferenczi: la cuestión de las “variaciones técnicas” en psicoterapia psicoanalítica a partir de nuevas concepciones educativas. Universa Terra, 2002.
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